Aconsejan no comer ostras aparecidas tras la crecida del arroyo Claromecó

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En los últimos días las playas del distrito de Tres Arroyos fueron escenario de un fenómeno poco común que llamó la atención de residentes y turistas. Se trata de la aparición de ostras en la costa.

Este suceso lejos de ser una oportunidad gastronómica, disparó las alarmas entre las autoridades locales.

El secretario de Gestión Ambiental del municipio, Gabriel Francia, contó detalladamente las causas y posibles consecuencias de este evento.

“La semana pasada experimentamos una crecida significativa del arroyo Claromecó. La intensidad y velocidad de la corriente provocaron que numerosas ostras fueran arrancadas de su hábitat natural en el estuario y arrastradas hacia la desembocadura del arroyo”, comentó el funcionario.

Según el experto las ostras se desparramaron a lo largo de la costa, llegando incluso hasta la zona conocida como “la zaranda”, ubicada a unos dos kilómetros en dirección a Orense, y para Dunamar también.

“La distribución de estos moluscos está directamente relacionada con las corrientes litorales presentes en el momento de la crecida. Si las condiciones hubieran sido diferentes, podríamos haber encontrado ostras incluso hasta la zona del Caracolero”, añadió.

El secretario hizo hincapié en que la mayoría de las ostras encontradas están muertas, aunque algunas aún permanecen vivas.

“Es importante entender que estas ostras forman parte de un ecosistema complejo. Incluso después de morir, sus conchas permanecen adheridas al sustrato, ya sea roca o barro endurecido, sirviendo como base para que nuevas ostras se fijen, creando lo que podríamos llamar un arrecife de ostras”, explicó.

Además el funcionario destacó el papel crucial que juegan estos moluscos en el ecosistema local. “Las ostras no solo son importantes por sí mismas, sino que también proporcionan un sustrato firme y sólido para otros organismos sésiles, es decir, aquellos que necesitan fijarse a una superficie. Por ejemplo, podemos encontrar cirrípedos, conocidos como ‘dientes de perro’ o balanus, adheridos a estas ostras”, detalló.

Sin embargo la advertencia más importante del secretario se centra en los riesgos para la salud pública.

“Desaconsejamos enérgicamente el consumo de estas ostras, incluso si se encuentran vivas. No podemos determinar cuánto tiempo han estado desplazadas de su hábitat original, lo que podría afectar su calidad para el consumo humano”, advirtió.

El funcionario también alertó sobre la posibilidad de marea roja, un fenómeno que suele ocurrir en esta época del año. “Estamos en un período de alto riesgo para la marea roja, que afecta especialmente a los bivalvos como las ostras.

Estos moluscos filtran grandes cantidades de agua; por ejemplo, una ostra de tamaño medio puede filtrar hasta 5 litros de agua por hora. Si hay presencia de dinoflagelados tóxicos en el agua, las ostras pueden acumular altas concentraciones de toxinas, lo que podría provocar la temida parálisis por marea roja en quienes las consumen”, explicó detalladamente el también biólogo marino.

Para concluir el secretario de Gestión Ambiental hizo un llamado a la responsabilidad ciudadana. “Instamos a la población local y a los visitantes a que se abstengan de recolectar o consumir estas ostras. Aunque pueda parecer una oportunidad única, los riesgos para la salud son significativos. Nuestro deber es proteger tanto el ecosistema marino como la salud pública”.

Fuente: La Voz del Pueblo

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