Murió Pablo Novak, el último habitante de Villa Epecuén

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El último habitante de Epecuén, partido de Adolfo Alsina, murió a los 93 años.

Se trata de Pablo Novak, quien dejó un legado de historias sobre el pueblo que sufrió las inundaciones en 1985 y que posteriormente con el descenso del agua sus ruinas son visitadas por vecinos y turistas.

A pocos días de cumplir 94, tuvo un ACV y sus restos eran velados este lunes y posteriormente cremados.

En el 2020 fue distinguido como Embajador Cultural y Turístico del distrito por ser testimonio vivo de la historia del lugar.

“Pablo Novak se transformó en un ícono y en una leyenda, todos los conocían como el último habitante y residió siempre ahí porque nunca se fue después de la inundación”, sostuvo el intendente Javier Andrés.

En ese contexto sostuvo que “se convirtió en un ícono porque Pablo siempre era el que iba a las ruinas cuando fue bajando el agua; lo encontrabas en un lugar donde funcionó una carnicería con su diario en la mano, su perro y su bicicleta”.

La gran inundación sucedió el 10 de noviembre de 1985.

“Pablo siempre vivió en una chacra que está muy cerquita a 200 metros, porque estaba vinculado a la actividad agropecuaria y una fábrica de ladrillos”, contó el jefe comunal.

“Siempre estuvo viviendo ahí, cuando se inundó el agua llegó cerquita a su chacra y cuando fue bajando por el 2011 y apareciendo lo que quedó de las ruinas iba con su diario y se sentaba ahí donde hablaba con la gente”, agregó.

El último habitante de Epecuén vivía solo en su chacra, con su cocina a garrafa para cocinar y con el aporte de energía a través de paneles solares dispuestos por el municipio.

“Tiene diez hijos que están viviendo en la zona, como en Carhué, tenía un autito y hasta su bicicleta que se venía hasta la localidad”, expresó el intendente.

“Es un marca registrada, un ícono de Epecuén, porque recibía a todos y lo nombramos hace dos años como Embajador Cultural y Turístico en reconocimiento en vida y él lo recibió así”, puntualizó.