Las boletas de la región tendrán casi un metro de largo en las próximas elecciones

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El principal distrito electoral tendrá en los cuartos oscuros una papeleta con ocho cuerpos. El debate sobre el sistema de votación, más vigente que nunca.

Las críticas contra la boleta sábana fueron una constante en los últimos años y para estas elecciones esos cuestionamientos se verán fortalecidos por el insólito tamaño que tendrán las papeletas que verán los votantes bonaerenses en el cuarto oscuro, ya que medirá casi un metro de largo.

El regreso de las categorías de precandidatos a legisladores del Parlasur por distrito nacional y por provincia en estos comicios sumará dos cuerpos a las boletas de papel que se emplearán.

Cada boleta sábana tendrá en la Provincia de Buenos Aires un total de ocho cuerpos: Presidente y vice; Parlasur nacional; senadores nacional; diputados nacionales; Parlasur regional; gobernador; senadores/diputados provinciales; e intendente, concejales y consejeros escolares.

Esta situación se dará por primera vez, ya que en 2015 -primera vez en que se eligieron de forma directa los integrantes del legislativo del Mercosur-, en la Provincia de Buenos Aires no se votó en la categoría senadores, por lo que la boleta tenía siete cuerpos y medía 84 centímetros.

De todos modos, no igualará al récord establecido por Catamarca en aquel año, cuando la papeleta alcanzó 1,2 metros de extensión.

Según lo establecido por las normas electorales, cada cuerpo tendrá un tamaño de 12 centímetros de ancho por 19 de alto: es decir, 228 centímetros cuadrados.

Aquellas opciones electorales completas, o sea que presenten postulantes para todas las categorías, ocuparán un insólito espacio: serán de 96×19 centímetros. O sea, la boleta estirada alcanzará casi un metro de longitud.

En aquellos distritos en que se dé la situación de que las trece fórmulas presidenciales encabecen boletas completas se requerirá de casi tres mil centímetros cuadrados para poder ubicarlas.

A ese espacio habría que sumarle el de aquellas ofertas electorales incompletas, es decir que no presenten cargos para todas las categorías.

La complicación para los votantes se dará a la hora de doblar la boleta y ponerla dentro del sobre e irá en aumento para aquellos que decidan cortar y votar a postulantes de distintas listas: antes de los comicios, también se ve afectada la logística por la inconmensurable cantidad de papel que debe clasificarse y repartirse en los centros de votación.

Los detractores de la boleta sábana advierten que el tamaño de las listas genera complicaciones tanto en la elección por parte de los votantes como a las autoridades en el escrutinio, lo que abona la posibilidad de que se produzcan irregularidades.

Por eso, plantean la necesidad de establecer como instrumento de votación a la boleta única, una modalidad que a nivel nacional se emplea para el voto de los argentinos residentes en el exterior y para aquellas personas detenidas: además, provincias como Córdoba y Santa Fe, entre otras, la emplean para sus comicios locales.

Desde 2007, la Cámara Nacional Electoral viene planteando la necesidad de avanzar en la introducción de la boleta única de papel para simplificar el proceso electoral, así como también evitar picardías típicas de cada uno de los comicios como es el robo de boletas.

“Ha llegado el momento de mencionar y reflexionar sobre otro de los sistemas de votación, el de boleta única suministrada por el tribunal electoral, que se utiliza en nuestro país para los electores privados de libertad y para los argentinos residentes en el exterior”, había señalado la CNE en aquel año.

Y había agregado: “Las complejidades del actual sistema de boletas se trasladan, naturalmente, a las tareas de las autoridades de mesa y a la fiscalización encomendada por ley a las agrupaciones políticas. Basta mencionar, a modo de ejemplo, la dedicación que requiere la correcta confección de las actas de escrutinio y demás documentación de la mesa”.

Pese a que el reclamo para que se debata la posibilidad de introducir la boleta única es una de las banderas que levanta y suele reiterar año a año, el máximo tribunal electoral advirtió en una acordada que “lamentablemente, los poderes políticos no han atendido estos requerimientos”.

En los últimos años se presentaron cerca de un centenar de proyectos de ley en ese sentido, pero ninguno pudo ser sancionado.

La razón radica en que para avanzar en esa modificación se requiere un amplio consenso entre los partidos que se vea plasmado en el Congreso y así poder cambiar el texto del Código Electoral Nacional: las leyes que modifican el régimen de votación necesitan 129 votos en la Cámara de Diputados y 37 en el Senado.

Fuente: Noticias Argentinas