El intendente de Tres Arroyos, Carlos Sánchez, fue duro con las políticas de los gobiernos nacional y provincial en su discurso de apertura de sesiones del Concejo Deliberante.
“Muchas de las respuestas a sus requerimientos están en los ajustes implementados por Nación y Provincia”, dijo el jefe comunal vecinalista a los ediles.
En ese sentido, advirtió que ningún ámbito municipal “escapa a la sombra de la crisis y del fantasma de una economía nacional errática” y que “afecta también al estado local e individualmente a todos nuestros vecinos”.
“Tengamos en cuenta que nuestros principales insumos, que son combustible, energía eléctrica, gas y medicamentos, desde hace tres años se ajustan e al valor dólar. Esta enorme devaluación llevó a que nuestro presupuesto pase de ser 53 millones de dólares en 2017 a 30 millones de dólares en 2018. Esta variación representa una reducción del 44% de nuestro presupuesto respecto al 2017 medido en dólares; por lo tanto queda claro que el desafío que tuvimos en el 2018 fue el de brindar el mismo servicio al vecino, luego de una impresionante reducción del presupuesto en términos reales”, criticó.
De todos modos, y pese a un contexto desfavorable, la comuna cerró el año con superávit, siendo únicamente el hospital quien cerró con déficit, pero mejorando en 5 % su producción del 2017.
Sánchez lamentó además que el año electoral, con renovación de representantes en todos los niveles políticos, genera una atmósfera “viciada de crispaciones, revanchismos, tozudeces, amenazas y enfrentamientos que impiden pensar cómo crecer y hacer que nuestro trabajo sea más productivo y eficiente para mejorar la calidad de vida de nuestros compatriotas”.
Es por ello que solicitó a los concejales que el recinto sea “un símbolo de entendimiento político, un escenario donde se respete la autoridad y se escuche al otro, donde se pueda comprender las necesidades de cada uno y poder atenderlas, aun cuando para lograrlo se requieran esfuerzos y renunciamientos políticos y personales”.