Un proyecto de la diputada provincial del Frente para la Victoria, Marisol Merquel, propone la creación de un fondo provincial para clubes de barrio y de pueblo.
La iniciativa tiene como objetivo destinar ayuda económica para que las instituciones desarrollen sin los escollos actuales su actividad social y deportiva.
A tal fin, se integraría un fondo con el 0,1 por ciento de los ingresos tributarios del presupuesto de la administración pública bonaerense.
Gozarán de ese impulso financiero, las instituciones que tengan personería jurídica y legal; las que acrediten tres años de antigüedad como mínimo desde su constitución; que tengan 50 asociados como mínimo y 2.000 como máximo al instante de su inscripción.
Merquel, precandidata a renovar su banca por Unidad Ciudadana, integra su iniciativa con la ley 27.098, que en el orden nacional fija el régimen de clubes destinados a la creación de inclusión social e integración colectiva, mediante la asistencia y colaboración para reforzar su rol comunitario y social. La Provincia, con la ley 14.753, del 2015, adhirió a dicha norma.
Esas leyes no fueron reglamentadas, por lo que las instituciones que ella reivindica ven limitados sus derechos, tanto en la jurisdicción central como en la bonaerense.
De ahí el sentido de perfeccionar en la Provincia una figura normativa con ese fondo económico para conseguir la promoción e inclusión de los clubes residentes en su territorio que cumplan con los requisitos expuestos en su proyecto.
“Los clubes de barrio son instituciones claves para la integración, la contención y el desarrollo de las personas. En ellos se inculcan valores, formas de comportamiento y de participación social fundamentales para los chicos y los jóvenes de la provincia de Buenos Aires”, dijo la diputada.
Merquel alerta que esos clubes de barrio y de pueblo están en riesgo por la crisis económica, los “tarifazos” de los servicios públicos, el pago elevado de impuestos y las negligencias estructurales, a la hora de pensar programas integrales para el deporte y la integración social, como ella pretende.
Señala que por aquellos motivos, esos centros han debido apelar a ajustes en su recaudación mensual, con la consiguiente disminución de actividades y calidad de los servicios. Algunos apelaron al corte del gas y otros redujeron los horarios de las prácticas para ahorrar energía eléctrica.
“Si se entiende que el club deportivo y de barrio es esencial en la atención de parte del universo social, debería ser el Estado el que tome las riendas para el fortalecimiento de esas organizaciones”, completó.