Alumnos de la carrera de Geología de la Universidad Nacional del Sur encontraron a un perezoso gigante que habría existido entre 8.000 y 24.000 años atrás, entre la “Edad de Hielo” o la “Edad de Piedra”.
Fue en un camino rural de Coronel Pringles y se trata de un hallazgo casi sin precedentes en territorio bonaerense debido a su conservación y por estar prácticamente completo.
“El descubrimiento de los restos tuvo lugar en febrero del año pasado, y las tareas iniciales de extracción durante el mes de marzo se vieron interrumpidas por la pandemia, impidiendo nuestra ya organizada participación. El 2 de noviembre se comunicaron para avisar que la excavación se reanudaría, y que nuestra asistencia era nuevamente bienvenida”, contó Valentín Alfano, uno de los participantes.
El ejemplar hallado es un robusto perezoso terrestre que habría alcanzado los 3 a 4 metros de largo y hasta 1,5 metros de alto, con un peso aproximado de 1 tonelada, indicó la UNS en un comunicado.
Por la anatomía general de su cráneo, extraído junto con el brazo derecho en 2020, se lo clasificó dentro de la subfamilia Scelidotheriinae, dentro de la extinta familia de perezosos Mylodontidae.
El milodóntido corresponde a un mamífero extinto hace 10.000 años, de grandes proporciones y emparentado con los armadillos, los osos hormigueros y los perezosos actuales.
Habitó en las praderas del sur de Argentina y de Chile. Es una especie que coexistió con el ser humano y posiblemente el hombre haya sido su mayor depredador.
El paleolítico superior –entre 40 y 10 mil años atrás- está asociado a la aparición del homo sapiens, que vivía en pequeños grupos de cazadores y recolectores, con sencillas herramientas de piedra, madera y hueso, y vestimenta de pieles y cueros.
La excavación tiene lugar en un camino rural muy cercano al Paraje La Paloma, a 9 kilómetros de Pringles.
La lideró el paleontólogo Cristian Oliva, del Centro de Registro del Patrimonio Arqueológico y Paleontológico (Crepap), acompañado por el museólogo local Lucas Tobio -responsable local de Museos y Patrimonio- y por Emiliano Strissolo. Participaron, en dos turnos, 9 estudiantes de la licenciatura en Ciencias Geológicas: Eliana García, Franco Pastega, Franco Vallejos, Guido Pastega, Kevin Kuhnle, Martina Valdovino, Nahir Lafferrayrie, Valentín Alfano y Valentina Griffiths.
“Realmente nos sorprendimos porque esperábamos encontrar mucho menos de lo que encontramos. El esqueleto está prácticamente completo. Tenemos más del 90% de lo que es el esqueleto del animal”, sostuvo Oliva.
En este sentido, resaltó su importancia: “Realmente los esqueletos completos no son abundantes en el sudoeste de la provincia de Buenos Aires. Sacando el estado de preservación, es increíble y muy interesante la manera en la que está expuesto”.
“El esqueleto se encuentra articulado y bastante completo, pero el delicado estado de conservación complica su rescate. Aún está por definirse si se llevará a cabo esta riesgosa tarea, mediante un bochón de yeso, o se montará un centro de interpretación en el sitio del hallazgo”, agregó.
“Para limpiarlo utilizamos cepillos, punzones, cinceles y hasta herramientas odontológicas, junto al humedecimiento periódico del material. También labramos, con picos y palas, una calicata que expusiera el perfil sedimentológico del lugar”, explicó.
Este hallazgo puede aportar datos de gran interés ya que todavía se discuten las causas de la extinción de numerosas especies de mamíferos.
La última glaciación terminó hace unos 11.000 años y en ese período las faunas de mamíferos de todos los continentes sufrieron cambios importantes.
Solamente en Sudamérica, se extinguieron 46 géneros, incluidos roedores, carnívoros, pecaríes, camellos, ciervos, desdentados, litopterno, notoungulados, caballos y mastodontes.
Los escelidoterinos tenían una distribución distinta a los milodontes, ya que solo habitaron en Sudamérica y no hay evidencias del intercambio faunístico que se produjo cuando se formó el Istmo de Panamá.
Fuente: Wips Digital