Después de cinco años, se completó en Coronel Pringles la extracción de un perezoso gigante que exisitió entre 8.000 y 24.000 años atrás, entre la Edad de Hielo o la Edad de Piedra.
El esqueleto había sido encontrado en febrero del 2020 en un camino rural del paraje La Paloma y tiene la particularidad de tener un gran nivel de conservación y estar prácticamente completo.
Los trabajos estuvieron a cargo del paleontólogo Cristian Oliva, del Centro de Registro del Patrimonio Arqueológico y Paleontológico. Estuvo acompañado por su colega Emiliano Strissolo, un equipo del Observatorio Arqueológico y Paleontológico Litoral Sur y de la Dirección de Cultura de ese municipio.
También participaron estudiantes de la licenciatura en Ciencias Geológicas: Eliana García, Franco Pastega, Franco Vallejos, Guido Pastega, Kevin Kuhnle, Martina Valdovino, Nahir Lafferrayrie, Valentín Alfano y Valentina Griffiths.
“Tiene el 90 % de sus piezas, es un ejemplar adulto, de gran tamaño, posiblemente contemporáneo con los primeros humanos en la región”, dijo al respecto.
Se calcula que el animal midió entre 3 y 4 metros de largo y 1,5 de alto, y tuvo un peso aproximado de 1 tonelada.
Por la anatomía general de su cráneo, se lo clasificó dentro de la subfamilia Scelidotheriinae, dentro de la extinta familia de perezosos Mylodontidae.
El milodóntido corresponde a un mamífero extinto hace 10.000 años, de grandes proporciones y emparentado con los armadillos, los osos hormigueros y los perezosos actuales.
Habitó en las praderas del sur de Argentina y de Chile. Es una especie que coexistió con el ser humano y posiblemente el hombre haya sido su mayor depredador.
El paleolítico superior –entre 40 y 10 mil años atrás- está asociado a la aparición del homo sapiens, que vivía en pequeños grupos de cazadores y recolectores, con sencillas herramientas de piedra, madera y hueso, y vestimenta de pieles y cueros.
Acerca de la técnica empleada, se encapsuló parte del suelo con una estructura especialmente diseñada.
Ahora, los restos ya están en el laboratorio del museo local, donde se va a hacer el proceso de limpieza y restauración, y el objetivo es acondicionarlos para que sea exhibidos al público.
Para limpiarlo utilizaron cepillos, punzones, cinceles y hasta herramientas odontológicas, junto al humedecimiento periódico del material