La empresa de calzado Dass anunció el cierre de su planta en Coronel Suárez.
La firma multinacional empezó a notificar a los 360 operarios que a partir del 20 de enero cesan sus operaciones en la ciudad.
“Notificamos que, como cierre del establecimiento, prescindimos de sus servicios a partir del 20/1/2025. Liquidación final e indemnizaciones serán depositadas en tiempo y forma en sus respectivas cuentas sueldo”, dice el telegrama enviado a cada uno de ellos desde Recursos Humanos.
Según expresó la delegada gremial de la Unión de Trabajadores de la Industria del Calzado (UTICRA), Mariela Holzmann, la decisión fue comunicada mientras el personal de la planta se encuentra de vacaciones.
Se trata de la pérdida de una industria histórica y fundamental para esa ciudad.
Todo comenzó con Gatic, fundada en 1953 por el armenio-argentino Eduardo Bakchellian, qur se consolidó como una de las principales fabricantes de indumentaria y calzado deportivo en Argentina.
Durante décadas, la empresa operó múltiples plantas en el país. A partir de 1977, se instaló en Suárez, que se convirtió en un ícono de la industria local.
En su época de esplendor, especialmente durante las décadas de 1970 y 1980, Gatic fue un motor económico para el distrito. No solo fortalecía a la economía regional, sino que también generaba un tejido social en torno a la actividad fabril que cambió para siempre la fisonomía de Coronel Suárez y los pueblos alemanes.
La firma experimentó su gran despegue al obtener las licencias para producir en Argentina productos europeos de alta calidad. Tras superar desafíos administrativos y técnicos, Gatic revolucionó el mercado local al introducir productos Adidas.
Además, innovó en la venta al transformar tiendas en modernos puntos de venta y expandió su presencia nacional. Su éxito se consolidó con la exportación, incluso a la propia Alemania, obteniendo más licencias de marcas internacionales como Umbro, Le Coq Sportif, LA Gear y New Balance.
En los años 80, diversificó su producción, incluyendo líneas de ropa deportiva y complementos, consolidándose como una empresa clave en la cadena de valor del sector.
Durante estos años, hasta exportaba a mercados internacionales, lo que generaba divisas y una reputación de calidad para la industria argentina.
Sin embargo, con la apertura económica y la llegada masiva de importaciones durante la década de 1990, comenzó a enfrentar dificultades.
Los productos importados, generalmente más baratos, erosionaron la competitividad de las empresas nacionales.
A fines de 2001, tras la crisis del gobierno de Fernando de la Rúa, la compañía presentó una convocatoria de acreedores. Suspendió a su personal y cerró temporalmente sus plantas, incluyendo la de Suárez, debido a la caída de ventas y problemas en la cadena de pagos.
En julio de ese año, los operarios llevaron a cabo una protesta por los salarios adeudados durante dos meses. Los 1700 operarios de la planta bloquearon tres caminos de acceso a la localidad, mientras que los 330 trabajadores de la planta de Pigüé cortaron la ruta 33.
En 2004, la Justicia decretó la quiebra de Gatic, poniendo fin a su operación como grupo empresarial.
Tras el cierre, la planta de fue adquirida por el grupo económico local ECyT-ar, que pagó 17 millones de pesos por las instalaciones de Coronel Suárez, Las Flores, Pilar y Pigüé, que buscaba reactivar la producción y preservar puestos de trabajo, permitiendo la reincorporación de una parte significativa de los trabajadores despedidos.
Sin embargo, la transición no estuvo exenta de desafíos, como la modernización de las instalaciones y la adaptación a nuevas demandas del mercado.
En 2006, el control de la planta pasó a manos de Indular, una empresa del rubro calzado que buscaba aprovechar la infraestructura y experiencia laboral existente. Durante este período, se reactivó la producción de calzado deportivo bajo diferentes marcas, estabilizando en parte la operación.
En 2009, la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner visitó las instalaciones de la empresa Indular S.A. del Grupo Vulcabras -en ese entonces, el mayor fabricante de calzado y artículos deportivos de Latinoamérica- . En ese entonces, frente a los más de 2.000 trabajadores que formaban parte de la empresa, aseguró que esta planta es “un símbolo que permite palpar las ventajas del modelo productivo llevado adelante desde 2003”.
Además, la primera mandataria elogió la tarea de las autoridades de Indular: “se trata de empresarios que se han comprometido con más inversión y sueñan con un Mercosur que produzca para el mundo”.
El presidente del Grupo Vulcabras, Milton Cardoso, señaló que “la industria brasileña del calzado es la tercera del mundo. Juntos, podemos hacer que la industria del calzado del Mercosur sea la segunda más importante del mundo”, al tiempo que advirtió que “depende de nosotros y de las políticas de los gobiernos impedir las importaciones desleales que amenazan la industria local”.
Posteriormente, en 2010, el grupo brasileño Vulcabras adquirió las instalaciones, reforzando la producción de calzado deportivo con marcas reconocidas como Olympikus. Bajo su gestión, se realizaron inversiones para modernizar equipos y aumentar la productividad, logrando mantener activa la planta durante varios años.
En 2015, Dass, otra multinacional brasileña del sector calzado, tomó el control de la planta en Coronel Suárez. Dass operó con contratos para grandes marcas internacionales como Nike y Adidas.
Sin embargo, en 2018, durante el gobierno de Mauricio Macri, ante la apertura de las importaciones y la caída del consumo, la empresa más importante del distrito notificó suspendió trabajadores y los intimó a que se sumaran a un plan de retiros voluntarios, al que finalmente adhirieron 529 de sus casi 1960 operarios.
Ese mismo año, el Concejo Deliberante declaró por unanimidad la Emergencia Laboral del sector privado debido a la grave situación generada por los despidos, suspensiones y retiros voluntarios.
En 2022, durante el gobierno de Alberto Fernández, Dass anunció la incorporación de 100 nuevos trabajadores en su planta de Coronel Suárez, lo que elevó su personal a 850 empleados. Este crecimiento fue impulsado por un acuerdo con Adidas, que buscaba aumentar la producción en un 20% respecto al año anterior, consolidando la planta como un modelo de innovación y productividad en el país.
La fábrica, clave tanto para la economía local como nacional, siguió siendo un ejemplo del impacto de la industria en el empleo y el desarrollo regional. Empresarios destacaron su relevancia histórica y los esfuerzos para mantenerla activa como motor de crecimiento en la comunidad.
Fuente: Radio del Volga