En Monte Hermoso advierten el deterioro del Faro y piden que se intervenga

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En abril del año pasado, el Ministerio de Obras Públicas de la Nación anunció el lanzamiento del Programa de Recuperación de Faros Argentinos.

En una primera etapa, se apuntaba a la reparación de 11 de ellos emplazados en distintos puntos de la Costa Atlántica argentina, entre los que figuraba el Faro Recalada, de Monte Hermoso.

Los trabajos iban a incluir arreglos estructurales, pintura, colocación de vidrios, reparación de bases y tensores, entre otros.

Sin embargo, la acción nunca comenzó y con el cambio de gobierno quedó en la nada.

El faro de Monte es el más alto del país, con 74 metros (7 de base), y el segundo de Sudamérica detrás del de Coquimbo, Chile.

Comenzó a construirse en 1904 con elementos que se trajeron Francia, hechos por la misma empresa que construyó la Torre Eiffel en París.

Está formado por un cilindro central de hierro de 1,50 m de diámetro y ocho columnas de hierro fundido. En su interior, una escalera caracol, conformada por 293 escalones, del mismo material, permite acceder a la linterna. Sus cimientos de 9 metros de profundidad le dan la estabilidad necesaria para resistir los fuertes vientos que azotan la región.

Se inauguró el 1 de enero de 1906 y la iluminación original fue producto de la combustión de gas de kerosene, luego se utilizó gas acetileno, hasta que finalmente fue modernizado para funcionar con electricidad.

Hoy no se encuentra en buen estado, y es motivo de preocupación de los vecinos.

Natalia Di Martino, divulgadora de la historia montermoseña y de la obra de su padre, Vicente Di Martino, creador del Museo de Ciencias Naturales de Monte Hermoso, hizo una publicación en su espacio Huellas en ese sentido:

¿Cómo pasamos de poner vías para su construcción en 1900 a no poder pintarlo y acondicionarlo en 2024?

Recuerdo el olor a metal en la escalera caracol interminable, pero con el entusiasmo de poder ver Monte Hermoso como si estuviera parada en una nube.

Los mejores actos patrios de mi vida fueron a sus pies, comiendo bollitos y tomando chocolate caliente.

Nuestra indiscutible conexión con la ciudad vecina que nos une y nos hermana. El faro fue creado por una necesidad bahiense de marcar el camino a los barcos para el ingreso al puerto, por eso se llama Faro Recalada a Bahía Blanca.

Un solitario en nuestras costas hasta que tiempo después contó con la compañía del hotel de madera.

Testigo del nacimiento y de la corta vida de nuestro pueblo.

Construido por Luis Luiggi sobre tierras donadas por don Silvano Dufaur.

Siempre me impacta pensar que para bajar las cajas de los barcos que traían los materiales para su construcción se pusieron vías desde la orilla hasta la Catanga, que era el lugar elegido.

Para Bahía Blanca, una necesidad. Para nosotros, un símbolo.

El faro es el más alto del litoral marítimo Argentino. Está declarado monumento histórico Nacional. Sin embargo, nosotros, los montermoseños estamos siendo testigos de su deterioro.

Ya los chicos no pueden ver a su pueblo como si estuvieran parados en una nube…

Al gigante hay que mantenerlo. Y acá el problema, el faro es importante para muchos pero a su vez no es de nadie.

Su mantenimiento es obligación de…

Que depende de…

Que depende de…

Que depende de…

Que depende de…

Lo juro. Ya escribirlo me da fiaca.

Si tuviera una empresa de pinturas, ofrecería pintarlo a cambio de un cartel que diga que mi pinturería se está encargando de poner en valor al faro más importante del país.

¿Cómo puede ser? ¿Cómo pasamos de poner vías para su construcción en 1900 a no poder pintarlo y acondicionarlo en 2024?

Ya que estamos, les cuento que la Farola Monte Hermoso no era la más alta pero sí era importantísima, ya que fue el primer faro del litoral argentino, y hace rato está convertida en un montón de fierros retorcidos.

Estaba ubicada muy cerquita, en las tierras pisadas por Darwin y Florentino, esas tierras “atestadas de fósiles”, según ellos mismos, que hicieron a Monte Hermoso conocido a nivel mundial (hoy, en el partido de Coronel Rosales).

Eso se nos pasó, no deberíamos permitir que nuestro gigante, nuestro símbolo, testigo de nuestro nacimiento corra la misma suerte.

Fuente: Notícias Monte Hermoso, Wips Digital

Fotos: Néstor Machiavelli