Finalmente la planta de Gas Natural Licuado que se iba a construir en el puerto de Bahía se hará en Punta Colorada, provincia de Río Negro.
Así lo decidieron la compañía estatal YPF y la malaya Petronas, que en conjunto harán la inversión más grande de la historia argentina, entre de 30 mil y 50 mil millones de dólares.
Este desarrollo, a 10 años, permitirá procesar el gas crudo que llega desde Vaca Muerta y exportarlo por mar al mundo.
Según calculos, se podrían generar exportaciones anuales totales por unos 30 mil millones de dólares. Y ese movimiento iba a generar en nuestra ciudad un fuerte impacto económico, logístico, laboral y social.
Esta obra generó en los últimos meses una puja entre la provincia de Buenos Aires y la de Río Negro, pero sobre todo un enfrentamiento entre el presidente Javier Milei y el gobernador bonaerense Axel Kicillof.
Según el mandatario nacional, el punto clave para decidir localizar la planta en la Patagonia es que el gobierno rionegrino adhirió al Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones, que brinda ventajas impositivas y cambiarias, y que en cambio fue rechazado por Kicillof.
Para el gobierno bonaerense se trató de una cuestión política porque consideran que Bahía Blanca estaba mucho mejor armada y con un puerto en actividad, a diferencia de Punta Colorada que aún no tiene ningún desarrollo.
La palabra de Kicillof:
“Estamos ante un hecho de enorme gravedad, una irresponsabilidad del presidente, que como resultado de un capricho ideológico está poniendo en riesgo un proyecto en el que estamos trabajando hace 10 años.
La localización de la planta de GNL no se definió por la adhesión o no de la Provincia de Buenos Aires al RIGI. Es mentira: si la empresa entra el RIGI nacional, obtiene los beneficios impositivos, jurídicos, asociados a la disponibilidad de los recursos y divisas, más allá de que la provincia adhiera o no. La adhesión de las provincias al RIGI es marginal en las decisiones de las empresas.
No es un Boca – River, es una decisión muy importante y no puede ser una disputa entre provincias. Es claro que al gobierno nacional no le interesa la producción y el trabajo.
No es una cuestión vinculada a mi ideología. Es un delirio del presidente, que usa estos adjetivos con cualquiera que no esté de acuerdo con él.
Yo sería comunista igual que Larreta, Macri y López Murphy. No tiene ningún asidero, son raptos, enojos con los que no piensan igual que él. Mi ideología es bien conocida: soy peronista, creo en la justicia social, la independencia económica y la soberanía política”.