Un violento episodio se produjo este miércoles en la Escuela Primaria N° 25, ubicada en Facundo Quiroga 12.
Un menor de 11 años agredió a la docente Ana Lencina con una golpe en el rostro y le generó lesiones graves.
La educadora le estaba pidiendo con insistencia al alumno que se respetara las normas y éste reaccionó. Por el hecho fue hospitalizada y radicó la denuncia en la Comisaría.
El medio bahiense Wips pudo contactarse con ella y confirmó que tiene el tabique desviado y una factura maxilofacial.
“Es una escuela de doble jornada, los chicos vienen de 8.30 a 16.30. Los padres de todos los alumnos firmaron un acuerdo de convivencia donde se hablaba del uso del guardapolvo, y en qué espacios está permitida la gorra para cubrirse del frio o del sol, entre otras cosas. El ingresó sin guardapolvo, la escuela le brindó uno pero no se lo quiso colocar y mantuvo la capucha puesta. Tratamos de convencerlo de que respete las reglas y de que si se mantenía así no iba a poder tomar la leche. En ese momento se puso el guardapolvo, se sacó la capucha, entramos al comedor y cuando se sentó se la volvió a colocar. Le insistimos con que respetara las normas y que se fijara en los demás compañeros que estaban todos en las mismas condiciones. Me empezó a insultar, a decirme que me iba a pegar, hasta que se subió arriba del banco y me pegó”, explicó.
Consultada sobre situaciones semejantes, aseguró que “en 20 años jamás me pasó esto, he trabajado en contextos de violencia pero nunca de este grado”.
Puntualmente sobre el alumno, precisó que “se había citado varias veces a la mamá, que en algunas ocasiones vino, generalmente en caso extremos”.
“Buscábamos su compromiso para terminar con la mala conducta del hijo porque ya le había pegado a tres alumnos, pero no tomó cartas en el asunto más allá de los retirados pedidos”, agregó.
Respecto al futuro, Ana está a la espera de la evaluación de la ART. Y en materia laboral, manifestó que “si el alumno permanece en la escuela yo no puedo seguir dando clases. Me faltó el respeto en reiteradas ocasiones y como vio que lo que pasaba no era suficiente, me pegó. Me da mucho temor”.
En ese contexto, y por último, destacó el apoyo de la directora de la escuela, de la inspectora y de la jefatura regional y distrital.