El prosecretario de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), Gustavo Frederking, subrayó que el “campo quiere ser parte de la reconstrucción”, y valoró la decisión de la Secretaría de Bioeconomía de revertir la suba de retenciones para las economías regionales.
“Estábamos preocupados viendo esto que estaba pasando con las retenciones donde hubo, de alguna forma, una decisión de aumentarlas y después, ayer, hubo una decisión de reducirlas. Me parece interesante en el sentido de darse cuenta de que, si uno dialoga y entiende la situación, uno puede dar marcha atrás con ciertas medidas”, manifestó Frederking.
El secretario de Bioeconomía, Fernando Vilella, anunció el lunes que 18 complejos exportadores de economías regionales no tendrán incremento de retenciones, entre los que se incluye a la lechería, al tiempo que se buscará incrementar en dos puntos porcentuales, hasta el 33 %, la alícuota de los subproductos de la soja a modo de compensación por la resignación de ingresos.
De esta forma, producciones como la olivícola, arrocera, de cueros bovinos, láctea, frutícola -con excepción del limón-, hortícola, del poroto, papa, ajo, arvejas, garbanzos, lenteja, miel, azúcar, yerba mate, té, equinos y lana seguirán excluidos del pago de retenciones.
En tanto, subirán del 0 % al 8 % los derechos a la explotación del sector vitivinícola, y aumentarán de 31 % a 33 % las retenciones a los subproductos de soja (aceite y harina). Por su parte, la retención del maíz, trigo, cebada, girasol y sorgo subirá de 12 % a 15 %.
“Va a ser muy duro”
Para Frederking, desde el sector se veía con “mucha preocupación” la decisión inicial de aumentar las retenciones para sectores como la lechería, producción que “viene atravesando una situación sumamente crítica donde cada vez cierran más tambos”.
“En octubre, por ejemplo, se liquidaron 7.000 vacas, lo cual es un dato muy alto que va en línea con el cierre de tambos y que implican 300.000 litros de leche menos por día”, remarcó el dirigente de Carbap.
Opinó que las medidas que está tomando el Gobierno “son muy duras”, pero que “el concepto es que no se puede gastar más de lo que se tiene” como ocurre “en una empresa o una casa familiar”.
“Es algo que en este país se viene postergando hace muchísimo tiempo”, afirmó, y pidió que “se tenga en cuenta también la microeconomía porque está complicada la situación”, siguiendo de cerca “la parte social” y “la parte de la gente que cobra un sueldo”.
“El salario real obviamente va a caer mucho con estas medidas y va a ser muy duro. Uno quisiera también que estas medidas vengan acompañadas con medidas de baja del gasto político y del gasto público”, añadió.
En ese sentido, señaló que, si bien la austeridad no bajará los precios de los alimentos, “los ciudadanos buscan ejemplos o señales que indiquen que su esfuerzo valga la pena”.
“Con las distorsiones permanentes en la economía no íbamos a ningún lado. En lo que hace al campo, cuando las retenciones se sacaron, se logró mucha más producción: en 2015 cuando se las sacó al trigo y al maíz, pasamos de 7.000 millones de toneladas a 18.000 millones en el trigo, y de 23.000 millones a 56.000 millones en el maíz”, explicó Frederking.
El ruralista de Carbap afirmó, en esa línea, que “el campo quiere ser parte de la reconstrucción”.
“El campo quiere poder colaborar y dar una mano desde la próxima campaña, aportando la mayor cantidad de cereal para ayudar y colaborar con el país con una mayor cantidad de alimentos y de divisas”, concluyó.