Colocan cartelería inteligente en las ruinas de la villa Epecuén

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Las ruinas de lo que fuera la villa turística Epecuén, a pocos kilómetros de Carhué, son visitados anualmente por miles y miles de turistas de todo el país y de otras partes del mundo, curiosos y ávidos por conocer la historia y de lo que quedó de lo que fuera uno de los complejos termales más importantes de Argentina.

Allí, entre lo que queda de sus calles y edificios, buscan desandar sucesos y anécdotas de la vida diaria de ese icónico lugar, que en 1985 fue engullido por el lago que le da nombre y que recién décadas después, conforme fueron bajando las aguas, volvió a dejarlo al ras de la superficie.

Por supuesto, lo que quedó no fue justamente lo que la laguna había tapado a mediados de la década de 1980. Entre el accionar del agua y de la sal (la concentración salina de este lugar solo es comparable con la del Mar Muerto), muy pocos edificios habían quedado en pie; y los que lo habían hecho, corrían o corren serio riesgo de derrumbe.

Esto no impidió que la gente quisiera recorrer el lugar, hurgando y colándose entre las ruinas, buscando imágenes que recordasen su paso por ahí o bien tratando de llegar aguas adentro, en los sectores en los que las construcciones permiten aventurarse unos metros dentro del lago. La condición similar a una población devastada por la guerra atraía y atrae el deseo de conocimiento de los turistas; de hecho, por esa misma razón hace algunos años un batallón de Cascos Azules de la UNS realizó varios días de maniobras.
De cualquier modo, conforme fueron bajando las aguas desde Carhué y la comuna de Adolfo Alsina comenzó a desarrollarse un programa de promoción turística y –en conjunto- cuidado del sitio, de manera que propios y extraños pudiesen conocer el lugar, pero también conservarlo como recurso. Es así que la Provincia lo declaró Monumento Histórico en 2015, transformándolo en Patrimonio Cultural bonaerense.

En ese momento se había instalado, pensando en el turismo, una serie de carteles con antiguas vistas de la villa, referenciando el lugar en donde estaban ubicadas. Años después, en 2019, se incorporó señalética en lugres de interés, con la novedad de que los carteles se confeccionaban con material reciclado de los árboles caídos en el camping municipal La Chacra, y organizados por colores de acuerdo al circuito que delimitan.

Ahora, desde el área de Turismo se le dio una nueva vuelta de tuerca a la cuestión de la cartelería. Semanas atrás se llevó a cabo la instalación de un circuito inicial de 12 carteles de madera, ubicados en las ruinas de la villa Epecuén, que cuentan con la novedad de la incorporación de la tecnología para facilitar aún más los recorridos y el acceso a la información sobre el lugar.

Ubicados en puntos estratégicos, estos carteles inteligentes cuentan con códigos QR para escanear con aparatos celulares, brindando así acceso inmediato a la información sobre las ruina en general y sobre el lugar particular en que cada uno de ellos se encuentra ubicado. Solo hay que escanear el código.

Cada uno de ellos contiene una fotografía principal antigua, de la época de oro de la villa Epecuén, además de una reseña, una infografía y datos curiosos del edificio, de manera que el turista que pueda inferir cómo era Epecuén en su momento de mayor esplendor.

Los textos se encuentran en los idiomas español e inglés. En tanto, el código QR redirecciona a una página web con más datos.

Los carteles se encuentran ubicados en la Avenida de Mayo, la Escuela N° 17, La Sarucha, el Hotel Monte Real, el Parque Hotel, el recreo Bim Bam Bum, la pizzería La Gallina Verde, la capilla Santa Teresita, la Panadería de Córsico, el Complejo Balneario Municipal, la Cambacita y el Hotel Victoria.

Fuente: La Nueva