La Bolsa de Cereales de Bahía Blanca presentó un informe de estado de cereales invernales, y determinó que los cultivos de fina comienzan a manifestar síntomas de estrés hídrico por la falta de lluvias.
Además, según la entidad, mientras los productores comienzan a evaluar la campaña de gruesa, la incertidumbre ante un cambio de gobierno y nuevas políticas, sumado al un déficit hídrico generalizado retrasa la toma de decisiones.
Cultivos de fina:
La escasa humedad en el estrato superficial del suelo sumado a las bajas temperaturas ocasiona un atraso generalizado en el desarrollo de los cultivos de fina.
Este escenario provoca que las labores de fertilización se posterguen a la espera de precipitaciones que reactiven el crecimiento de los cultivos. Por otro lado, el desarrollo de las malezas también se vio afectado por la prolongada deficiencia hídrica en la región.
Un factor clave a seguir es la presencia de enfermedades foliares en trigo y cebada. En la zona norte se detectaron focos de roya amarilla y distintas manchas foliares. Las zonas centro y sur si bien no presentan actualmente problemas en los lotes, de producirse futuras precipitaciones y un aumento en la temperatura, los inóculos presentes en los rastrojos podrían propagar las enfermedades rápidamente.
En cuanto a plagas no se han detectado mayores inconvenientes en las zonas norte y centro. Mientras que la presencia de gusano blanco en lotes puntuales de la zona sur provocó la pérdida de plantas en estadíos tempranos de desarrollo de los cultivos.
La condición general de los cereales invernales es buena a regular. Aquellos lotes sembrados en forma temprana, previo a las precipitaciones de fin de mayo/primera quincena de junio, presentan un mayor desarrollo fenológico que los sembrados en fecha tardía. Este avance es acompañado por un mejor crecimiento radicular permitiendo alcanzar la humedad presente en las capas subsuperficiales del suelo.
Trigo:
El 25% de los lotes se encuentra en distinto grado de avance del estado vegetativo (principalmente en la zona sur), el 75% restante se encuentra iniciando el macollaje.
Cebada:
El 20% del área destinada a este cultivo se encuentran en vegetativo y el restante 80% transita la etapa de macollaje.
Intención de siembra gruesa:
Los productores comienzan a evaluar la campaña de gruesa de cara al inicio de la primavera. La incertidumbre ante un cambio de gobierno y nuevas políticas, sumado al un déficit hídrico generalizado retrasa la toma de decisiones.
En la zona norte y gran parte de la zona centro las hectáreas destinadas a los cultivos de verano se mantendrían con respecto a la campaña anterior. El girasol sería el único cultivo que registraría una reducción de la superficie.
Mientras que la superficie destinada a los cultivos de gruesa en la zona sur estaría condicionada por la reserva hídrica en el suelo de las próximas semanas.
Pronóstico climático:
En base a los datos obtenidos por la Red de Estaciones Meteorológicas de la Bolsa de Cereales y Productos de Bahía Blanca, las precipitaciones medias del mes de agosto fueron 4 mm. El contenido de humedad subsuperficial no se vería mayormente afectado.
Se están notando preocupantes síntomas de estrés hídrico en los cultivos de trigo y cebada por las escasas precipitaciones acumuladas en los últimos 2 meses (6 mm en total). La falta de agua superficial provoca una disminución en la producción de macollos lo que condicionaría el potencial de rendimiento regional.
El pronóstico de lluvias del 4 al 13 de septiembre indicaría precipitaciones generalizadas, de hasta 30 mm en la región. La mayor pluviometría caería en el centro de la provincia de Buenos Aires y La Pampa.
Este posible escenario repercutiría positivamente en el desarrollo de los cultivos de fina y el almacenamiento de agua en aquellos lotes destinados a cultivos de gruesa. También permitiría la incorporación de nitrógeno en aquellos lotes que se hayan fertilizado.
Se pronostica una probabilidad del 95% de ocurrencia de heladas al 13/09/2019 en toda la zona de influencia.
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