Prueban bombeo entre Alsina y Cochicó para evitar inundaciones

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Se lleva a cabo el primer ensayo del sistema de bombeo que comunica las lagunas de Cochicó y Alsina, pertenecientes a las Encadenadas del Oeste.
La refuncionalización de este sistema de bombeo había sido una de las obras pedidas por el comité de cuencas local, luego de las inundaciones que hace un par de años pusieron en jaque a la localidad de Bonifacio e hizo aumentar peligrosamente el nivel de todos los espejos de agua.

A partir de esto, y después de varias discusiones y negociaciones, se consensuó una serie de medidas para paliar la situación, entre las que se encontraban la puesta en marcha de estas bombas ubicadas sobre la ruta provincial 65. El sistema no se encontraba funcional (los aparatos no se encendían ni siquiera para hacerles mantenimiento) y se debieron hacer algunos trabajos para que volvieran a estar a punto.

Desde de su reinauguración, y si bien se han realizado pruebas durante algunas horas para poner en funcionamiento las bombas y comprobar su estado, la de estos días es la primera oportunidad en que se exigirá al sistema que funcione ininterrumpidamente durante una semana, entre 15 y 17 horas diarias.

Para ello, la Provincia destinó una partida apenas superior al millón de pesos para solventar el test: cada una de las cuatro bombas consume a razón de 75 litros de gasoil por hora, permitiendo el trasvase de 10 metros cúbicos por segundo desde laguna Cochicó a laguna Alsina.

Más allá de comprobar el funcionamiento del sistema, también se buscará comprobar el comportamiento de Cochicó y cómo Alsina deriva ese agua hacia el canal escurridor. Esta será la primera prueba en campo ya que, hasta el momento, todos los ensayos se han realizado en forma teórica.

“El bombeo, más que para bajar los niveles de las lagunas, tratará de comprobar el funcionamiento de las bombas y ver cuánto deprime el sistema”, reconoció el intendente de Adolfo Alsina, David Hirtz.

En ese sentido, dijo que estas pruebas serán la antesala para la inauguración de “la última de las grandes obras para que la cuenca tenga una garantía de funcionamiento adecuado”, refiriéndose al Partidor de Piñeyro, que será inaugurado a mediados de mayo, posiblemente con la presencia del ministro de Infraestructura bonaerense, Roberto Gigante.

“A partir de ahora, salvo por una catástrofe de carácter hídrico, el sistema tiene garantizado un funcionamiento que no debería implicar una preocupación a futuro para Carhué, Bonifacio, Guaminí ni las áreas rurales”, aseguró.

Además, remarcó que a partir de la buena labor que ha tenido el comité de cuenca de las Encadenadas del Oeste, la Provincia proyecta crear una carta orgánica para que se formalicen todas las instituciones similares que funcionan en territorio bonaerense y adquieran figuras políticas.

De este modo, cada una de ellas podrá manejar un presupuesto, así como licitar y adjudicar obras. Hasta el momento, esta potestad corría por parte del gobierno, que destinaba partidas a cada municipio para realizar los trabajos pedidos.

“En la próxima reunión del comité, que será en La Plata, discutiremos la confección de la carta orgánica”, explicó Hirtz.

Por último, comentó que también se pondrá sobre la mesa el informe final de la consultora ABS, que tuvo a su cargo un estudio pormenorizado de la cuenca de las Encadenadas para, a partir de él, proyectar nuevas obras, confeccionar -si es necesario- un nuevo manual de operaciones o bien establecer otras cotas para las lagunas. También hay un convenio para establecer un sistema de aforos de los cursos de agua que ingresan en el sistema.

Entre estas cuestiones a discutir, se encontraría la construcción de una segunda planta de bombeo, esta vez entre las lagunas del Monte y Cochicó, que permitiría escurrir agua desde la primera hacia la segunda. Una vez allí, podría desviarse hacia Alsina y el canal aliviador.

“Esas son propuestas que hay que discutir, porque ese proyecto también plantea que el actual desvío del arroyo Pigüé pase de laguna del Venado a del Monte. Pero para esto es necesaria una aprobación técnica, la discusión entre las partes interesadas, confeccionar un proyecto de obra y, después, la llegada de los recursos. Si hay consenso entre los miembros de la cuenca, es posible que a futuro esto avance, pero por su magnitud no es una obra que podemos encarar enseguida”, concluyó.

Fuente: La Nueva